Día de Acción de Gracias agridulce para mexicanos indocumentados en EU

Uno se siente como un peón, usado como una jugada política, dicen


El Día de Acción de Gracias, el principal feriado en Estados Unidos, y un recordatorio nacional del agradecimiento que los colonos europeos hicieron por la generosidad de los indios wampanoags, será conmemorado comiendo el tradicional pavo con un sabor agridulce por cientos de miles de trabajadores esenciales y dreamers, la mayoría mexicanos.

Más de 400 años después de aquel encuentro memorable en 1620, los mismos inmigrantes que siguen en las trincheras de la pandemia de COVID como trabajadores agrícolas, empacadores de carne, empleados de servicios, trabajadores de la construcción, no festejarán el Thanksgiving con la reforma migratoria con ciudadanía que les prometieron los demócratas y el presidente Joe Biden.

"Uno se siente como un peón, usado estratégicamente como una jugada política para lograr una meta, pero al final no se logra. En este momento siento una gran tristeza porque me doy cuenta de que quizá nada va a pasar", dijo el soñador Ariel López.

En lugar de la reforma migratoria, los dreamers y trabajadores esenciales tendrían que conformarse con la versión diluida aprobada por la Cámara de Representantes: permisos de trabajo y protección contra las deportaciones durante cinco años, renovables por un periodo adicional. Pero ni siquiera la variante light está garantizada. Aún requiere intensas negociaciones con los senadores demócratas centristas, Joe Manchin y Kyrsten Sinema.

Pero, para muchos de estos cientos de miles de jóvenes y trabajadores esenciales que han esperado pacientemente durante casi una década, la posibilidad de una versión light no es un consuelo. "Para mí no lo es. Es una resolución que tiene fecha de expiración. Como ir pintando rayitas en la pared de una cárcel por cada día que pasa", dice Ariel.

Tres legisladores demócratas, Jesús Chuy García, el único miembro de la Cámara de Representantes nacido en México, el dominicano-americano Adrián Espaillat y el mexico-americano de California Lou Correa, trataron sin éxito de convencer a la lideresa Nancy Pelosi, pero la realidad se impuso. La generosa reforma migratoria con ruta a la ciudadanía no tiene posibilidades de aprobación legislativa en 2021.

Por José López Zamorano | El Financiero

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