El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar de AMLO: inviable y con obstáculos
El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar del presidente Andrés Manuel López Obrador será presentado esta semana ante la Asamblea General de la ONU
El gobierno de México propondrá esta semana, ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar del presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca atender a las 750 millones de personas más pobres.
Aunque la propuesta ha generado la expectativa de más de 100 naciones, internacionalistas señalan que el proyecto es inviable y presentará obstáculos para ser aprobado y ponerse en marcha en 2022.
Juan Manuel Aguilar, internacionalista por la UNAM y Juan Carlos Calleros, especialista de la Universidad La Salle, consideran que la propuesta de México no trascenderá más allá de la presentación ante la Asamblea General, porque desde su origen tiene obstáculos como imponer un impuesto a los más ricos, una propuesta ya hecha por los premios Nobel de la Paz, pero que no ha prosperado.
En su participación en el Consejo General de Seguridad, el pasado 9 de noviembre, el presidente propuso crear un fondo de 1 billón de dólares para garantizar una vida digna a 750 millones de personas que viven con menos de dos dólares al día. De acuerdo con el mandatario, se financiará a través de la aportación voluntaria del 4% de la riqueza de las 1,000 personas y empresas más ricas y del 0.2% del PIB de los países que integran el Grupo de los 20.
El mandatario federal propuso que, con el dinero que se recaude, se les entregue directamente a las personas más pobres, sin intermediarios. Según sus cálculos, los 750 millones de personas más pobres podrían pasar de recibir dos dólares a cuatro por día.
"Es un periodo breve de la presidencia de México, va acabar a finales de noviembre, entonces esta propuesta puede causar mucha repercusión en el ámbito de la opinión pública internacional, pero en los hechos no es viable que se pueda configurar", afirma Juan Manuel Aguilar.
Los obstáculos del Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar
La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador le ha interesado a más de 100 naciones, según lo manifestado por el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard el pasado 16 de noviembre, pero tiene varios obstáculos para ver la luz.
Uno de ellos es que es poco factible que las personas y empresas más ricas acepten dar una aportación voluntaria del 4%.
"De las empresas habrá obstáculos? varios premios nobel ya han dicho que hay que imponerle impuestos a los ricos, y los ricos siguen sin impuestos. Entonces si estos personajes que son los más influyentes en el ámbito económico internacional, no han logrado ese cambio, tampoco el presidente", sostinen Aguilar Antonio.
Juan Carlos Calleros explica por su parte que para cobrar un impuesto del 4% a las personas más ricas de mundo debe ser aprobado de forma unánime, porque si hay uno o dos que lo rechacen, quienes no quieran que sus riquezas tengan un impuesto, podrían irse a esas naciones.
"Se antoja imposible lograr una aprobación unánime porque hay países que se dedican a paraísos fiscales, a atraer capitales que de otra manera serían tasados con impuestos importantes", refiere.
En su intervención, el presidente de la República enfatizó que los apoyos tienen que se entregados de forma directa a los 750 millones de pobres, como sucede en México con sus programas sociales. Para los expertos, aunque el presidente asume que hay transparencia y cerro corrupción en la entrega de esos recursos, no es así. Además, critican el asistencialismo que hay en la propuesta.
"Se trata de darle a la gente el pescado, en lugar de enseñarle a pescar, entonces, eso parece muy difícil que sea aprobado por la Asamblea General si no hay un esquema claro de cómo se van a distribuir los recursos que se lograran rescatar con el impuesto del 4%. Es una ruta sumamente compleja", sostiene.
Los especialistas consideraron que el Consejo de Seguridad de la ONU no era el espacio adecuado para presentar una propuesta y "hacerle justicia" a los más de 750 millones de pobres.
"No es el espacio más idóneo para plantear proyectos como éste, una política de estas características estaría más cómoda en foros económicos sociales, en el Banco Mundial, en el Fondo Internacional que tienen políticas avocadas a este tipo de enfoques, no en el Consejo de Seguridad, porque esté es un órgano de atención de crisis y coyunturas globales como conflictos y guerras", agrega Juan Manuel Aguilar.
AMLO gana proyección
Aunque es posible que la propuesta del presidente López Obrador no prospere, ya ganó proyección a nivel mundial.
"Gana proyección porque va a ser conocido en países de desarrollo medio-bajo, en varios rincones de mundo, y ubica su discurso disruptor en contra de las estructuras políticos, entonces tendrá impacto. Quizá la proyección en la que piensa el presidente es algo similar a la de José Mujica, a Lula da Silva, aunque no lo logre, sí va a haber un reconocimiento de su figura", dice Juan Manuel Aguilar.
Para Juan Carlos Calleros, el presidente López Obrador tiene claro que su plan no prosperará, sin embargo, aprovechó el espacio para generar simpatía al interior de México.
"Se trata más de una muestra hacia el exterior, pero con propósitos de legitimidad hacia el interior, plantear un proyecto muy ambicioso, que convoca la cooperación internacional, pero no se llevará a cabo este plan, no creo que esté pensando que se aprobará, sino generar una mayor simpatía al interior", destacó.
Por Lidia Arista | Expansión
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