Una efímera estanflación amenaza a la economía mexicana
El Banco de México revisa por cuarta vez consecutiva la tasa de interés de referencia, que se sitúa en el 5%. Así, Banxico continúa una retirada de estímulos, a la vez que la economía se contrae
Las autoridades mexicanas siguen muy de cerca una inflación que preocupa especialmente en el país azteca. Y digo especialmente por el hecho de que hablamos de una de las economías que más decisiones está tomando al respecto desde que dichas presiones inflacionarias comenzaron a intensificarse. Pues muchos son los economistas que, atendiendo a la inflación subyacente, se muestran tranquilos y a la espera de que dicha inflación de costes sea transitoria. Sin embargo, cada vez son más los pesimistas que alertan de los peligros de dicha inflación y su tendencia creciente.
Y es que debemos saber que hablamos de una inflación que ya escala hasta situarse en máximos, no viendo registros similares en el país desde hace prácticamente un lustro. Si atendemos a los indicadores, podemos observar como la tasa interanual de inflación, atendiendo a la inflación general, se sitúa en el 6,24%. El Banco de México, ante semejante nivel inflacionario, ha actualizado sus expectativas, volviéndose más flexible con unos precios que prevén moderarse en el siguiente ejercicio; pero ello no quita que el banco central haya tomado decisiones.
Ante semejante inflación, el Banco de México, Banxico, ha revisado nuevamente la tasa de Interés Interbancaria, situándola en el 5% para los próximos meses. En este sentido, hablamos de una tasa de interés real de -1,16%, pues con la inflación disparada cualquier incremento sigue siendo insuficiente. No obstante, debemos señalar que, en el presente ejercicio, esta tasa acumula un alza de 100 puntos base. En otras palabras, es la cuarta vez consecutiva en un año que la Junta de Gobierno del Banco de México revisa la tasa de referencia, incrementándola con el fin de evitar la inflación.
Así, el Banco de México persigue esa estabilidad de precios que precisa la economía en un escenario de recuperación económica, y en el que la demanda se ha disparado en tanto en cuanto se ha reabierto la economía. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la incidencia de la pandemia en el país, sumada a determinados factores que siguen imposibilitando la recuperación económica plena, han acabado debilitando la economía mexicana hasta el punto de que esta ha vuelto a registrar una contracción en el tercer trimestre. Una situación que debería preocuparnos por el escenario que aquí nos encontramos: ¿Estanflación?
La estanflación, como definimos en Economipedia, es la combinación de inflación y estancamiento económico. Dicho fenómeno une estos dos conceptos, que cuando se producen a la vez son devastadores para la economía.
Desde hace un tiempo, el shock de oferta al que se ha visto sometida la economía, sumado a una reactivación de la demanda a nivel mundial, ha dejado unos desacoples que han acabado derivando en inflación. Estos desacoples, como muestra la inflación subyacente, están muy localizados y se prevé que sean transitorios, pero ello no quita que la inflación sigue creciendo con el paso de los meses. Pues debemos saber que los principales bancos centrales siguen confiando en que dicha inflación es temporal, pero la Reserva Federal prevé iniciar ya el tapering, a la vez que muchos miembros del Banco Central Europeo cuestionan la actitud de Lagarde por no iniciar la retirada.
Pero a esto se suma un escenario en el que la débil recuperación de la economía mexicana ha mostrado, precisamente, su debilidad. En este sentido, es conveniente resaltar que México fue la economía de la región que menos estímulos inyectó a la economía, no pudiendo aportar más del 1% de su PIB. A ello, debemos sumarle el retraso en la vacunación, así como todas aquellas debilidades que han llevado al país azteca a ser la economía que, junto a Argentina, prevé recuperarse más tarde de todo el continente. Pero en resumen, debemos sumarle que todo esto de lo que hablamos ya ha comenzado a materializarse, con una contracción que, atendiendo a los datos, hacía caer el PIB mexicano un -0,2%.
Así, llegamos al difícil escenario del que hablamos. Es decir, el escenario de la estanflación. Pues es preciso mencionar que aquellas políticas que está aplicando el Banco de México para contener la inflación, es decir, las restricciones al crédito mediante incrementos de la tasa de referencia, de la misma forma son contraproducentes en un escenario en el que la economía se apaga, a la vez que los estímulos ofrecidos por el Gobierno ya eran prácticamente minúsculos. Es decir, las políticas que deben aplicarse para combatir la inflación, por otro lado, frenan el crecimiento económico.
Por tanto, debiendo estimular el crecimiento económico por ser una economía descolgada, la economía mexicana se enfrenta a un escenario de mayor inflación. Pues debemos saber que la débil recuperación de la economía mexicana precisa dinamismo, y ello sólo es preciso aplicando estímulos, dejando que fluya el crédito, estimulando la demanda y, en resumen, aplicando políticas que, en última instancia, generan inflación. Por esta razón, hablamos de una difícil situación, pues debemos encontrar un equilibrio entre estos dos escenarios, el cual únicamente se encontraría en una vuelta a la normalidad y una moderación de la inflación que podría llegar el próximo año.
En conclusión, México debe ser muy cauto en sus actuaciones, pues podría estar en lo acertado y estaríamos hablando de que se habría adelantado a otros bancos centrales en lo correcto, pero también podríamos hablar de una precipitada retirada que condenase a México a un mayor estancamiento. Sea como sea, muchos riesgos están sobre la mesa y ningún escenario, en este momento de excepcional incertidumbre, es descartable.
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